Estudios de la NASA han conseguido volver atrás en el tiempo y demostrar que Venus hace millones de años tenía un océano de agua líquida y unas temperaturas en su superficie, que en principio, permitirían la vida.
Datos chocantes conociendo la situación actual de Venus, el cual constituye un verdadero infierno con temperaturas que alcanzan los 462º y con una atmósfera de dióxido de carbono 90 veces más gruesa que la nuestra.
De hecho, estudios previos siempre habían defendido que Venus y la Tierra habrían sido formados de forma parecida, pero que debido a distintas circunstancias habrían seguido caminos evolutivos distintos. Estas circunstancias se refieren a la velocidad de rotación, a la distancia con respecto al Sol o al espesor de la atmósfera.
Siguiendo este planteamiento se pueden explicar por ejemplo, sus altísimas temperaturas, así como la composición de su atmósfera. La abundante radiación que recibe Venus habría descompuesto las moléculas de vapor de agua y el hidrógeno como consecuencia habría escapado al espacio. En una atmósfera sin vapor de agua y con demasiado dióxido de carbono se produce un efecto invernadero capaz de producir las ya mencionadas temperaturas.
Increíbles resultados que nos ayudan a entender mejor como era nuestro sistema solar hace millones de años.