Como bien dice el título, hoy hablaremos de fuegos artificiales estelares, es decir, de Supernovas. Estoy seguro de que si alguna vez te has interesado por estas maravillas has obtenido una única y clara conclusión: sea como sea esas cosas explotan y no parecen muy amigables cuando lo hacen. Algo parecido a lo que ocurre con los Samsung Galaxy Note 7. Y así es, estas estrellas explotan y si llevan el prefijo super- delante es por algo.
Dejando las ocurrencias a un lado, para saber cómo funciona una Supernova, primero debemos remontarnos a las Novas, es decir, lo mismo pero en pequeño. Las Novas son estrellas que tras un periodo prolongado de estarse quietecitas, desarrollan de pronto una presión excepcionalmente fuerte hacia fuera, y literalmente explotan. Pero para que esto ocurra se deben producir una serie de cambios en la misma. Su luminosidad aumenta increíblemente a medida que crece el área de su superficie, así como al mismo tiempo se produce una radiación tan intensa que impide que esta se enfríe conforme se expande. Una vez la estrella alcanza su estado de brillo máximo, es capaz de permanecer en esta situación por un par de días, luego de esto, explota lanzando al espacio ciertas porciones de materia estelar y perdiendo de esta manera la mayor parte de su energía. Lo que ocurre a continuación es el colapso de la estrella, que tras varios meses de apagón adquiere un nuevo brillo formado una “estrella nueva”. De manera análoga, podemos hablar de nuestra estrella como un globo, el cual se hincha hasta que revienta, con la diferencia de que luego tendríamos un globo nuevo listo para estallar otra vez.
Las supernovas funcionan de manera parecida, pero con una diferencia clara en su nivel de luminosidad. Ahora bien, ¿qué lleva a estas estrellas a explotar? Hay varias posibles razones entre las cuales encontramos: que puedan ser estrellas masivas que ya no tengan la capacidad de producir reacciones termonucleares en su núcleo, lo que las lleva a colapsar y generar, durante el proceso, una gran cantidad de energía. O por otro lado, cuando estas forman parte de un sistema binario fuertemente ligado, donde es la influencia de la estrella vecina (una enana blanca) la que produce la inestabilidad de la que hablamos.
Y teniendo todo esto claro, podemos discernir entre dos tipos de supernovas: las Tipo II, que serían las menos luminosas, aunque también las más abundantes siendo su relativamente escasa iluminación la razón por la cual no se identifican tantas. Y las Tipo I, que vienen a ser las verdaderas titanes de la familia, es decir, aquellas que son más brillantes.
Pero esto no acaba aquí, porque como ya hemos comentado, cuando una de estas estrellas explota, sus capas externas se desprenden y son estos restos estelares los que posteriormente darán lugar a lo que conocemos como nebulosas, esto es, volúmenes de gas y polvo.
Conclusión: sea como sea estas cosas explotan y no parecen muy amigables cuando lo hacen.