Seguro que ya muchos estáis familiarizados con este concepto de multiverso, aunque muy probablemente no desde un punto de vista científico. El concepto de múltiples universos, realidades paralelas y dimensiones ocultas es, sin duda, algo muy concurrido en películas y libros de ciencia ficción. Si eres fan de personajes superheroicos sabes de qué te hablo. Pero, ¿hasta qué punto estas ideas constituyen algo puramente ficticio? Es decir, ¿existe una posibilidad de que estas ideas puedan ser introducidas dentro de una base científica lo suficiente firme como para que esto pueda ser explicado? Bueno, pues en teoría parece que sí, pero vamos que no hay nada demostrado, por lo menos por ahora.
Sin embargo, en este blog de hoy no nos centraremos en la idea de multiverso como tal, sino en qué teorías y supuestos científicos han llevado a gran parte de la comunidad científica a plantearse estas ideas y conceptos como algo que podría constituir, ciertamente, parte de nuestra realidad (ya las conclusiones que obtuviera cada uno en este proceso no nos concierne).
Comenzando con esto, primero deberíamos preguntarnos: ¿pueden la mecánica cuántica o la cosmología moderna ofrecernos un marco teórico válido para considerar realidades idénticas a la nuestra? Bueno, pues para poder responder a esta pregunta debemos emprender nuestro viaje por el panorama de ideas y teorías físicas que han revolucionado nuestra concepción del universo.
Como ya hemos comentado, existen algunas especulaciones dentro del ámbito teórico de la física moderna, que parecen abrir las puertas a la coexistencia de nuestro mundo con otras realidades o universos múltiples. Es a este conjunto hipotético de universos al que se ha denominado con el nombre de multiverso, esto es, la existencia de muchos universos aparte del nuestro. Estas ideas tienen sus raíces en interpretaciones de la mecánica cuántica, la teoría del Big Bang y la teoría de cuerdas , la cual ha surgido como marco para la unificación de la gravedad y las restantes interacciones fundamentales integradas dentro del modelo estándar de la física de partículas. Aunque en primera instancia, alguno mire con recelo a alguna de estas teorías, especialmente la última, el éxito alcanzado en la comprensión de nuestro mundo por parte de estas hace que merezca la pena plantearnos las consecuencias últimas deducidas de las mismas.
Ya la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad especial revolucionaron nuestra percepción de todo cuanto nos rodea, a principios del siglo XX. Ambas puestas en común con la teoría cuántica de campos lograron una descripción increíblemente precisa de la interacción electromagnética entre las partículas elementales. Estos logros aplicados de forma similar a las interacciones nucleares fuertes y débiles, conformaron los cimientos de lo que hoy conocemos como modelo estándar. El cual, por otro lado, ha sido repetidamente sujeto de experimentos de contrastación saliendo ileso de estos.
Así mismo, la teoría de la relatividad general nos ofreció una reformulación de la fuerza gravitatoria newtoniana, aportándonos además la base matemática que desarrollaría la cosmología moderna. Y todo esto siendo también contrastada exitosamente.
Incorporar la interacción gravitatoria junto con sus tres compañeras del modelo estándar formando la comúnmente denominada “teoría del todo”, es el objetivo fundamental que motivó la formulación de la teoría de cuerdas, la cual postula un espacio-tiempo multidimensional.
Es aquí, donde la existencia de multiversos se deriva de la estructura matemática de estas teorías, lo cual deja de manifiesto la importancia de plantear este supuesto. Según la teoría de cuerdas, existirían hasta diez dimensiones, es decir, seis dimensiones adicionales a las cuatro que ya nos son conocidas. La explicación no es para nada sencilla, pero se basa en que estas se encontrarían aplastadas a nivel cuántico, de manera parecida a un dibujo tridimensional sobre un papel. Y esto no es todo, pues también se incluye el concepto de las branas, una especie de superficies que ocuparían todo el espacio donde las cuerdas abiertas se encontrarían ancladas, obteniendo así sus distintas características que las harían comportarse como las diferentes partículas que conocemos en nuestro universo. ¿Y qué consecuencias traen consigo estas seis dimensiones? Nada menos que una infinidad de posibilidades de ser compactificadas, es decir, una cantidad ingente de universos posibles con leyes físicas completamente distintas. ¡Y esto es la representación misma del multiverso! Todavía no sabemos que compactificación corresponde a nuestro universo, no obstante, la idea más importante aquí, en cuanto al tema que nos concierne, es que tenemos una diversidad abrumadora de maneras de generar un universo.
Así que si quieres saber que significa en profundidad esta idea de multiverso, o incluso si deseas conocer que teorías físicas hablan de esto ya de una manera más explícita y centrada, ¡no esperes más y quédate para descubrirlo! Solo hay que atreverse a comprender el Universo.