El fondo cósmico de microondas y el origen del universo

La teoría estándar del Big Bang nos dice que el espacio, el tiempo y todas las partículas fundamentales que conocemos tuvieron un inicio en la singularidad del Big Bang (¿Antes del Big Bang?) Ahora bien, ¿qué podemos encontrar en favor de esta teoría tan discutida? Lo cierto, es que una de las más sonadas es el fondo cósmico de microondas. Se trata de una radiación electromagnética que llena todo el universo y que nos permite conocer cómo era este poco después de producirse el ya mencionado Big Bang.

Pero, ¿en qué se basa esto? Es muy simple, tan solo tenemos que considerar la enormidad de las distancias que hay en el universo y sus consecuencias. Como ya sabemos, la velocidad de la luz es de 300.000 km/s, y aunque constituye nuestro límite de circulación (La velocidad de la luz), se queda corta para las distancias de nuestro cosmos. Esto hace que no podamos ver el universo en directo, es decir, tal y como es ahora.

La luz que captan nuestros telescopios es, en la mayoría de las ocasiones, luz que ha estado viajando por el universo durante muchísimo tiempo. Para que os hagáis una idea, la luz que recibimos del Sol corresponde a la luz emitida hace 8 minutos, y para la galaxia Andrómeda, la más cercana a nosotros, tenemos un retraso de dos millones de años. Podemos estar observando acontecimientos en el universo, que sin embargo, hace millones y millones de años que sucedieron. Incluso existe la posibilidad, por supuesto, de que muchos de los astros que ahora vemos ya ni siquiera existan. Por tanto, cuando miramos al cielo estamos haciendo un viaje al pasado en toda regla. Y cuanto más lejos miremos, más retrocederemos en el tiempo, pues, obviamente, la luz tardará más en llegar a nosotros.

¿Y qué significa esto? Nada menos que si logramos asomarnos lo suficientemente lejos, podremos observar el universo primitivo, y por qué no, su nacimiento (ahora veremos que esto último, en realidad, no es del todo posible). Si así nos disponemos, obtendremos imágenes de lo que se conoce como fondo cósmico de microondas, es decir, aquella luz más antigua que podemos llegar a detectar. Y si os lo estáis preguntando, esta proviene de unos 380.000 años después de producirse el Big Bang. De esta manera, sí, esta es nuestra imagen más antigua del universo, no obstante, no podemos saber que ocurrió en esos 380.000 años anteriores, o dicho de otra manera, no somos capaces de remontarnos hasta el origen del universo como tal. Veamos por qué.

La cuestión es la siguiente, ¿por qué no hay luz más antigua? La respuesta está en la composición del universo primigenio. El universo, en su infancia, constituía, básicamente, en una sopa caliente de partículas cargadas (plasma) donde resultaba imposible la formación de átomos, pues electrones y protones, por decirlo de una manera, iban a su bola. En este panorama, la luz lo tenía bastante difícil, pues no podía evitar interactuar continuamente con estas partículas cargadas, encontrándose así, encerrada en ese plasma primitivo.

Sin embargo, con la expansión del Universo la temperatura descendió lo suficiente como para que electrones y protones comenzasen a formar los primeros átomos, los cuales tienen carga neta, es decir, son neutros. Esta fase es denominada recombinación o desacoplamiento. Al no haber partículas cargadas con las que interactuar, la luz tuvo, por primera vez, la oportunidad de escapar de su prisión y de propagarse indefinidamente por la inmensidad del universo.

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Fondo cósmico de microondas

Y sí, es esta luz la que detectamos y denominamos fondo cósmico de microondas. Por lo tanto, a la pregunta ¿por qué no hay luz más antigua? La respuesta es sencilla, estaba contenida en el plasma del universo primitivo.

En resumen, esta radiación de microondas nos ofrece una imagen de cómo era el universo cuando tan solo tenía 380.000 años de edad. Constituye lo más lejos que podemos llegar en la búsqueda de una solución al problema del origen del universo. O tal vez no, pues hasta ahora solo hemos estado hablando de radiación electromagnética, pero, ¿qué pasaría si en vez de utilizar la luz, utilizáramos los neutrinos, por ejemplo? Que sin duda, obtendríamos muchas respuestas, pues los neutrinos lograron deshacerse del plasma primigenio que antes comentábamos tan solo 1s después de que se produjese el Big Bang. El tema ahora está en lograr hacer eso, ya que los neutrinos son partículas que no interactúan prácticamente nada con la materia y la energía que les rodea, solo así podría explicarse que escaparan tan pronto de aquella sopa de partículas. De hecho, ahora mismo le están atravesando a usted unos cuantos miles de billones de neutrinos mientras lee este texto, y no se da cuenta ¿verdad? Ahí radica pues la dificultad, en capturar a estas imparables partículas. Por lo que ahora sí, me despido, y esperemos algún día podamos descifrar todo este asunto del Big Bang con ayuda de los neutrinos.

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