Lo sé, has visto ‘Tenet’ de Christopher Nolan y no te has enterado de nada. Bueno, pues este artículo es tu solución para poner un poco de luz sobre la última película de Nolan, tal vez la más extraña y enrevesada hasta la fecha.
La última película de Christopher Nolan no solo es inusualmente complicada, sino que además parece enorgullecerse de ello. Explicaciones insuficientes de la trama, diálogos que embrollan aún más el contexto de la película, escenarios abstractos… Vaya, una oda al enredo conceptual.
En la película, un agente sin nombre es contactado por una extraña organización vinculada al término ‘Tenet’. El objetivo es que les ayude a detener una inminente catástrofe global. En este contexto, la mecánica principal que sirve de hilo conductor en la película y en la que aquí estamos interesados es la inversión temporal. Esto es, el tiempo puede correr hacia atrás, pero esto solo sucede para objetos o personas que hayan sido convenientemente manipulados para ello. Esto da lugar a situaciones realmente confusas para el espectador donde objetos que corren hacia atrás en el tiempo se cruzan en el mismo punto espacial con objetos que siguen el transcurrir del tiempo estándar. Así, vemos balas que siguen las trayectorias inversas entrando en los cañones de las pistolas, personas andando hacia atrás, etc. Esto significa que causa y efecto se invierten y, en física, aquello de romper la causalidad es motivo más que suficiente para que los nervios florezcan y a más de uno le empiecen a entrar taquicardias. En la película, salvan un poco los muebles manteniendo la existencia de causa y efecto y haciendo que los personajes en inversión temporal recuerden haber hecho un acto en concreto pese a no haber sucedido todavía. Es decir, una persona debe recordar haber disparado el arma aunque esto aún no haya sucedido por encontrarse en inversión temporal. Por eso, las armas invertidas son tan peligrosas: tal y como informan al protagonista cuando le explican esta idea de tiempo invertido, estas armas «pueden afectar a nuestro pasado». O dicho de otro modo, usando terminología de la película, «lo que sucede ha sucedido». Lo sé, esta explicación no resuelve mucho el panorama que se diga pero esta idea de inversión temporal nos va a permitir hablar de algunos conceptos relevantes en física.
Uno de esos conceptos que vamos a revisar y que resulta de gran interés es el de la entropía. El propio Nolan explicaba en sus notas de producción lo siguiente: «Todas las leyes de la física son simétricas: pueden discurrir hacia adelante o hacia atrás en el tiempo, y seguir cumpliéndose… salvo por la entropía». Y así es, si uno revisa las ecuaciones de Newton y Schrödinger que gobiernan la mecánica clásica y cuántica, respectivamente, es sencillo comprobar que estas son invariantes antes la inversión temporal. Esto nos lleva de cabeza a hablar de la paradoja de Loschmidt o paradoja de la irreversibilidad. Esta pone de manifiesto la incompatibilidad que nace del hecho de que procesos macroscópicos irreversibles sean deducidos a partir de leyes temporalmente simétricas. En otras palabras, ¿cómo es posible que de unos principios invariantes ante inversión temporal deduzcamos un comportamiento que no lo es?
Es aquí donde entra en acción el concepto de entropía que comentábamos. En términos generales, la entropía es una medida del desorden de un sistema: un sistema con moléculas dispuestas de forma ordenada tiene menor entropía que un sistema de composición más caótica. La cuestión es que todo proceso físico en el universo parece tender a aumentar la entropía. Este hecho es el que nos define la llamada flecha del tiempo en la naturaleza, que no es otra cosa que el transcurrir del tiempo estándar que observamos. Las balas salen del cañón tras ser disparadas, no al revés, según la flecha del tiempo. En argumentos más exactos, es una observación de asimetría en el tiempo.
En este sentido, la paradoja de Loschmidt cuestiona la existencia de una flecha del tiempo termodinámica, esto es la flecha del tiempo definida por la entropía que comentábamos, dadas unas leyes fundamentales simétricas en el tiempo, es decir, que no cambian si vamos hacia delante o hacia detrás en el tiempo. Este conflicto surge ya que unas leyes fundamentales invariantes temporalmente implican que una versión revertida en el tiempo de cualquier proceso deducido de ellas debería ser igualmente compatible con estas leyes. Sin embargo, no observamos ejemplos en la naturaleza de que esto ocurra. En realidad, lo que ocurre es que estos eventos físicos donde la entropía disminuye son extremadamente poco probables.
Bueno, ¿y por qué te cuento todo esto? Porque es este, precisamente, el argumento con el juega la película constantemente. Lo que hace Nolan en su película no es otra cosa más que plantear que, mediante una manipulación adecuada de los objetos, se pueda invertir el flujo de la entropía invirtiendo la flecha del tiempo para estos. Como comentaba Nolan, «nunca hemos tenido intención de que ‘Tenet’ sea científicamente precisa. Pero está basada, a grandes rasgos, en conceptos auténticos». Para aterrizar de forma congruente este atrevido concepto, Nolan contó con la colaboración del conocido físico teórico ganador de un Nobel Kip Thorne, que ya ayudó a dar coherencia científica a las ideas referentes a la relatividad general y a la visualización realista de diversos fenómenos astrofísicos en ‘Interestelar’.
Esta mecánica es tan importante que impregna los diferentes contextos de la película e incluso nos permite diferenciar personajes. Por ejemplo, las personas en inversión temporal tienen que usar respiradores especiales porque el aire no pasa bien por sus pulmones. En inversión, el aire no fluye de altas presiones a bajas presiones, sino al contrario. La inversión temporal también le permite a Nolan jugar con la inversión de otros efectos físicos: el aire opone resistencia a la espalda de quien avanza en una corriente de tiempo invertida, y el fuego se convierte en hielo.

Y como no podía ser menos, Nolan también se sumerge en la idea de viajar al pasado, pero tal vez con un planteamiento innovador dentro de la cultura cinematográfica. Los personajes invierten su flecha del tiempo, se aíslan durante el periodo de tiempo requerido y cuando han llegado al punto temporal deseado vuelven a invertir su flecha temporal al transcurrir del tiempo estándar. Lo interesante de esta idea y que lo diferencia de otros planteamientos como el realizado en ‘Regreso al futuro’ es que, en este caso, no se ha hecho retroceder el tiempo, sino que son los propios personajes los que se hacen retroceder a sí mismos viajando en dirección contraria en la dimensión temporal. Como ir en dirección contraria en una autopista.
Y por si esto fuera poco, el enredo aún es mayor. Este tipo de viaje temporal provoca que el viajero se desdoble. De esta manera, una versión entra en una dirección temporal mientras que ve salir a su otra versión en la dirección temporal opuesta. Esto provoca la desconcertante situación de que si viajas al pasado, cuando vuelves a invertir tu flecha temporal, hay dos tú: el que continuó avanzando en la dirección estándar del tiempo y el que viajó en inversión temporal. Esto abre la puerta a paradojas y discusiones filosóficas dentro del contexto de la película que Nolan no responde al espectador: ¿Existe el libre albedrío si el pasado viene determinado por el futuro y viceversa?
En definitiva, Nolan plantea más preguntas que respuestas con este film, pero si algo está claro es que no deja indiferente. Si tras leer este artículo piensas que sigues sin entender completamente la lógica de la película, tranquilo, no estás solo, pero si algo está claro es que sabes algo más de física, y como se suele decir, en ocasiones, la realidad supera a la ficción.
Actividad asociada a:
Proyecto de innovación docente (Innova-UCM) 2021-2022:
“La física y los medios audiovisuales”
Proyecto de Aprendizaje y Servicio (ApS-UCM) 2021-2022:
“Fomento de vocaciones STEM en colectivos sociales infrarrepresentados”
Proyecto de I+D+i (MICINN) 2019-2023:
“Cosmología, astrofísica y gravitación del universo oscuro (PID2019-107394GB-I00)”